Los riesgos de dejar la certificación en manos de un partner comercial
La posibilidad de que el solicitante-applicant de unos certificados EAC (o Gost) sea un partner comercial ruso tiene unas contraindicaciones.
Con este post pretendemos dar una respuesta (o ayudar a encontrarla) a esta pregunta tan común entre nuestros clientes:
El importador ruso quiere encargarse de la certificación de mi(s) producto(s).
¿Qué tengo que hacer?
Sabemos que uno de los cambios más relevantes entre la normativa EAC y la normativa Gost ha sido la introducción de la figura obligatoria del solicitante, o applicant o заявитель, para la tramitación de los Certificados o de las Declaraciones de Conformidad. El applicant tiene que ser un sujeto jurídico residente en uno cualquiera de los países de la Unión Euroasíatica (para entender qué es esta institución, recomendamos este artículo de hoy) y tiene que presentar la documentación necesaria para obtener los certificados. El applicant es el primer garante y responsable de la veracidad de esa misma documentación.
Si la empresa exportadora no tiene filial en Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán o Armenia está obligada a confiar el papel de applicant a un tercero: una empresa especializada en certificación o el mismo importador o distribuidor, y aquí pueden empezar los problemas.
El partner ruso posiblemente estará dispuesto a asumir parte de los costes de la certificación y se comprometerá a conseguir los documentos de exportación en tiempos más breves que de costumbre, pero a la empresa exportadora se le planteará tomar una decisión muy incómoda.
Aceptar la propuesta del partner ruso afianzará sin duda la relación comercial y reducirá unos costes (aunque quizá subiendo otros, como hemos comentado en nuestro blog), pero difícilmente permitirá conseguir los permisos con mayor rapidez dado que el importador/distribuidor medio ruso no se mueve en los entresijos de la burocracia con más eficiencia que un applicant profesional.
Aún más importantes son tres otros factores a destacar.
Todo solicitante que empieza y completa un proceso de certificación tiene la facultad de pedir la revocación del documento. Esto en la práctica significa que el applicant goza de una exclusividad de facto sobre los productos en objeto. Si la relación comercial es fructífera para ambas partes no hay mayor inconveniente, pero en el momento en el que surgen conflictos más de un exportador puede descubrir que la otra parte dispone de un arma de chantaje muy fuerte.
Hay un segundo aspecto muy relevante para las empresas con un fuerte componente tecnológico o de diseño, se trata de la protección de la propiedad intelectual. Descubrir que todas las prendas de ropa destinadas al mercado ruso habían sido copiadas en China pocas semanas después de certificarlas en Moscú fue lo que hizo cambiar de applicant a uno de los estilistas de moda más famosos del mundo, que decidió a partir de entonces contratar los servicios de Gost Standard en Italia.
A través del applicant pasa la gran mayoría del conocimiento acumulado en años de investigación, todo el know how de una empresa. Este flujo de información sensible no tiene que ocurrir si no existe una relación de confianza sólida entre las partes.
Finalmente vale la pena destacar que a menudo el elemento decisivo para contratar un applicant profesional es de tipo práctico: gracias a esta solución la empresa exportadora evita tener que tomar decisiones acerca de la certificación cada vez que se presenta una nueva colaboración comercial. Gracias a los poderes a su disposición autoriza cada nuevo cliente a utilizar las Declaraciones o los Certificados, la facilidad con la que se realiza este proceso constituye en sí una ventaja comercial.
En conclusión queremos añadir que los mismos supuestos pueden darse perfectamente también dentro de la normativa Gost aunque en este caso el applicant no tenga que ser obligatoriamente local: siempre que el partner comercial ruso quiera entrar en el proceso certificativo valdrán las consideraciones aquí expuestas.
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