Ozon, el «Amazon ruso», destaca los productos con marcado EAC
Los productos correctamente certificados tienen una ventaja comparativa en Ozon, que es la puerta de entrada al mercado ruso de cada vez más empresas.
Ozon, el mal llamado "Amazon ruso", es una excelente herramienta para aproximarse al mercado ruso, ya que permite vender a particulares sin tener que haber conseguido previamente el marcado EAC y sin que haya que pagar tasas de importación (siempre y cuando el valor de los productos adquiridos no supere los 200 euros). Recomendamos a cualquier empresa interesada en este canal de ventas que recupere el webinar de ICEX sobre el tema. Realmente el fee de activación es muy bajo y el soporte que ofrece el portal en la creación y gestión de fichas atractivas parece ser muy bueno.
Recientemente, el portal ha integrado su base de datos con la información disponible en la web de la entidad responsable de la certificación EAC (Росаккредитация), con el resultado de que en más de un millón de fichas de productos aparece el logotipo EAC. El consumidor ruso sabe que esos productos han pasado el filtro de un procedimiento de certificación o, dicho de otra forma: esos productos destinados a la venta online tienen el mismo nivel de calidad y seguridad que los productos adquiribles en un supermercado o en una tienda física.
De momento, la gran mayoría de los productos con información EAC pertenece a estas categorías:
- ropa para niños
- juguetes
- ropa para adultos
- textiles para el hogar
- cosméticos para el cuidado de la piel
pero se espera que la integración sea total y alcance cualquier tipología de producto.
Para las empresas que ya disponen de Declaración de Conformidad EAC o de Certificado de Conformidad EAC o de Registro Estatal, la colaboración entre Ozon y Rossakkreditatsya es una excelente noticia que prefigura una competencia menos "desleal" en el principal marketplace ruso. Aunque Ozon no pueda (o no quiera) vetar los productos sin marcado EAC, proporciona una clara ventaja a los productos certificados.
Muchas empresas españolas, asentadas desde hace tiempo en Rusia, deberían considerar seriamente el comercio electrónico como un canal a explotar para llegar al mayor número de clientes euroasiáticos.